Joseph Conrad y la angustiosa lucha entre el bien y el mal

Jim Morrison no conoció al polaco Joseph Conrad pero su canción The End da letra y música a la adaptación libre que Coppola hizo de El corazón de las tinieblas, ese descenso a los infiernos que es Apocalypse Now. La novela de Conrad te sumerge en un mundo pegajoso, laberíntico y oscuro. Es un viaje hacia el interior de la selva en el Congo colonial de finales de siglo, un viaje que inicia Marlow en busca del misterioso agente Kurtz al que va conociendo a través de diversos personajes que hablan de él con una mezcla de desprecio y admiración. Es una historia que habla de la sociedad colonial, de la concepción de esos nativos y del miedo a la degeneración moral que se les otorgaba.

La historia y el ambiente es denso, respiras la atmósfera de la selva, sientes las miradas de los cautivos que trabajan en condiciones infrahumanas y que van a dejarse morir al ‘bosquecillo’ de la muerte. La novela está plagada de contrastes, el repetitivo juego entre la luz y la sombra, las tinieblas, la lucha entre la naturaleza y la técnica, entre la sociedad civilizada y la «no civilizada», entre los nativos y los colonos.

Capítulo extra merece la adaptación de la novela que rodó Coppola y que se estrenó en el 78 tras demoras en el rodaje, infartos del actor principal, ataques de epilepsia del director, sobrepeso y largas jornadas en la selva filipina. Martin Sheen, Robert Duvall, Marlon Brando e incluso Coppola, contra viento y marea, logró sacar adelante un proyecto cinematográfico complicado del que afirmaba que no estaba contextualizado en Vietnam sino que «era Vietnam».

Fragmento de El corazón de las tinieblas de J. Conrad
Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas

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